Una de las grandes incertidumbres de muchos trabajadores del conocimiento es si su oficio tiene fecha una caducidad en relación con la edad, sobre todo cuando se trata de profesiones que están en cambio constante. Dichos cambios obligan a estar siempre aprendiendo cosas nuevas y al tanto de las tendencias que a medio o largo plazo se convertirán en estándar.
El trabajo en el ámbito del conocimiento se diferencia de otros en que su tarea principal es la resolución de problemas que no son rutinarios, lo cual requiere una combinación de metodologías del pensamiento "convergente, divergente y creativo" (Reinhardt et al).
El psicólogo estadounidense Joy Paul Guilford propuso en 1967 los tipos de pensamiento divergente y convergente para la resolución creativa de problemas. El pensamiento divergente es un proceso de generación de ideas mediante la exploración de muchas posibles soluciones. Para este tipo de pensamiento, un alto cociente intelectual no garantiza la creatividad, y son más importantes los rasgos de personalidad como inconformismo, curiosidad, persistencia y asunción de riesgos. El pensamiento convergente es la habilidad de dar la respuesta correcta a una pregunta ordenando de manera lógica la información disponible. En todos aquellos sectores en los hay constantes procesos de innovación se alterna el pensamiento divergente y convergente para dar con soluciones que ofrezcan soluciones a las nuevas necesidades de los mercados.
En la empresa de desarrollo de software en la que trabajo, muchos de los perfiles pertenecen a este ámbito del conocimiento. Y no solo me refiero tan solo a los programadores y a los ingenieros, sino también a los diseñadores gráficos, a los creativos que generan contenidos, a los especialistas SEO y demás perfiles que basan su trabajo en pensar y solucionar problemas. Deben explorar diferentes soluciones a un problema para luego saber elegir la respuesta correcta al mismo, ordenando de forma racional la información de la que disponen.
Un diseñador gráfico tiene que estar a la última en tendencias web, tipografías, arquitectura de la información en diferentes dispositivos, etc... para no quedarse anticuado y generar diseños atractivos para cada temporada.
Un buen escritor de contenidos (los llamados copywriters) tiene que conocer las preocupaciones cambiantes del público para el que escriben, el lenguaje y el tono que mejor va con su audiencia y estar en el "mundo" para poder crear eslóganes y textos que ayuden a las empresas para las que trabaja conectar con clientes con el fin último de vender y fidelizar.
Lo mismo sucede con los arquitectos, ingenieros, científicos y demás profesiones en las que "pensar" es el 80% del trabajo.
Con los programadores, exactamente lo mismo.
Las cosas que tienen en común los programadores exitosos
Aunque yo no soy programador, trabajo constantemente con ellos, en una empresa de técnicos. En mi oficina la mayoría de los programadores tienen treinta y tantos años, ya que hacemos software de gestión empresarial (desarrollamos aplicaciones para el sector del transporte, por un lado, y por otro ofrecemos una plataforma desarrollo a programadores de aplicaciones empresariales), desarrollos que exigen una madurez y un conocimiento que van mucho más allá de la programación (aduanas, logística, marítimo, analítica y un largo etcétera).
A algunos ya le empiezan a pesar los años acumulados aprendiendo cosas nuevas, y lo cierto es que la capacidad de aprendizaje no es la misma con 20 años que con 40 o 50. Cuando se hacen reuniones de planes de carrera para preguntarles en qué puesto se ven trabajando dentro de 3 o 5 años, la mayoría lo tiene claro: quieren seguir programando. Otra cosa es que sean capaces de asumir el reto de seguir aprendiendo y adaptándose a las constantes innovaciones.
Tengo un par de compañeros que superan los 55 años y siguen programando. Demuestran todos los días que sí es posible trabajar de programador más allá de los 45 años, pero, evidentemente no viene gratis ni es fácil.
Una de las grandes maravillas del desarrollo de software es que todo gira en torno a la pasión que uno tenga por aprender y la capacidad de aplicar esos aprendizajes en el día a día. La verdad es que, si no eres así, el desarrollo de software es un trabajo sin futuro independientemente de la edad que uno tenga. Pero si dispones de las ganas y las destrezas necesarias, entonces es un trabajo con salida después de los 40, 50 o incluso los 60 años. No veo que mis compañeros tengan la intención de jubilarse o cambiar de puesto si no lo han hecho ya.
Los programadores que se formaron en los 80 suelen contar batallitas de sistemas IBM, de los orígenes de las redes TCP, protocolos USB, implementaciones 802.11b y demás. Han visto el nacimiento, expansión y el ocaso de tecnologías y lenguajes de programación que supuestamente venían a cambiar el mundo y que no pasaron de modas pasajeras. Han aprendido a programar en Java, que se inventó cuando rondaban los 40, y hoy en día trabajan con bibliotecas multi-plataforma y desarrollan aplicaciones multi-dispositivo.
¿Cómo lo han conseguido? Me hago esa pregunta constantemente. A medida que uno va cumpliendo años, la vida de las personas se entromete en el proceso de mantenerse actualizado: problemas personales, pérdida de motivación, quiebras, despidos, cambios imprevistos, obligaciones familiares...
Cada vez que hablo de este tema con los programadores más longevos, coinciden todos en dos cosas fundamentales:
- Hay que estar al día en las cosas que sí son relevantes y no distraerse con modas tecnológicas
- Es necesario tener claro que la programación va a ser tu profesión hasta la jubilación
Lo de mantenerse actualizado en tecnologías relevantes es algo que afecta a todos los programadores, independientemente de la edad que tengan. Es una constante que no descubre nada nuevo a nadie que se dedica al desarrollo de software.
Otra cosa es que todo programador tenga claro que su vocación profesional va a ser la de desarrollar software hasta el final de sus días (laborales).
Programadores que ascienden en la empresa... y sus problemas
Hay muchas posibles salidas, tentadoras y con buenos sueldos, para un programador a los 45 años: consultoría y análisis, jefe de equipo de desarrollo, ventas y comercial, jefe de soporte y mantenimiento, arquitectura de software, formador de desarrolladores y demás...
Sin embargo, muchos dan el salto para luego darse cuenta de que no tienen las destrezas blandas necesarias para desempeñar dichos cargos, ya que todos tienen un componente de interacción social vocacional que no son muy comunes en los perfiles de programación. Al menos en los que yo conozco. Alguna excepción que cumple la regla hay...
Si lo que te hace diferencial, tus fortalezas y experiencia, radica en el desarrollo de software, convertirte en un gerente o gestor de equipos mediocre sólo te quemará, disminuirá tu autoestima y tu satisfacción con el trabajo.
¿Reorientar tu carrera profesional a partir de cierta edad?
Si desde campusMVP ofrecemos formación en desarrollo de software para programadores es porque pensamos que tiene futuro, porque hay muchísima más demanda de desarrolladores bien formados que oferta, y porque estamos convencidos de que esta tendencia continuará en el futuro.
¡Un programador experimentado que se mantiene actualizado es la gallina de los huevos de oro en el contexto actual!
Como hemos mencionado recientemente, en España solo este año 2018 se estima que hay al menos 10.000 puestos de trabajo de programación que no se cubren por falta de personal cualificado.
Muchos de mis compañeros programadores que aún rondan los 40 años se preocupan por cosas que no pueden controlar ni saber. El hecho de que no existan muchos programadores tan veteranos es porque la profesión es muy joven. Es un oficio que está en pañales, y eso hace que haya más gente joven que se dedique a ello. Eso no quiere decir que no se pueda llegar a una edad avanzada siendo desarrollador.
De todos modos, ante el temor y la incertidumbre que esto genera, algunos de ellos ya están pensando en reorientar su carrera profesional ¿Cuál es el mayor temor? La discriminación en base a la edad que puedan sufrir en un futuro si tienen que buscar un nuevo empleo como programadores en otra empresa.
Los programadores más veteranos en mi empresa han sabido construir y mantener su propia marca personal, aportando valor a las empresas en las que han trabajado. Con el tiempo se han dado cuenta de que la edad no es un factor limitante, y son un ejemplo para el resto. Rompen con el estereotipo rindiendo en el trabajo y manteniéndose al día. De hecho, en mi empresa actual, la edad no es un factor a tener en cuenta ya que el último desarrollador que hemos contratado tras un largo proceso de selección tiene 41 años, y eso que era para desarrollo web (front-end y back-end), que suele desempeñarse por perfiles de menor edad.
En resumen
En definitiva, es tu elección si te enfocas en cosas en las que puedes influir (como por ejemplo, avanzar hacia una carrera satisfactoria manteniéndote actualizado con cursos como los nuestros) o si te dejas llevar por cosas en las que no puedes influir (como por ejemplo, la discriminación por edad de algunas empresas).
Mi consejo particular es que pienses que, si a día de hoy al menos el 10% de los desarrolladores de software tienen más de 45 años, dentro de 10 años estamos hablando de un 30-40% (o incluso más porque la franja de desarrolladores de 35 años ahora mismo es muy elevada), y que será una situación normalizada. Si a esto le sumas que existe una brecha cada vez mayor entre la demanda de desarrolladores y la oferta de desarrolladores competentes, yo no me preocuparía por mi futuro más allá de los 45 años. La experiencia es la madre de la ciencia.
Nota: fotografías por Hello I'm Nick y Adeolu Eletu en Unsplash
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