Últimamente los dispositivos de fitness de gama alta, aparte de ser verdaderos ordenadores programables y enlazables con el móvil, incorporan una tecnología de monitorización del corazón que, curiosamente, no está basada en contacto físico con el individuo, sino que utiliza sensores ópticos.
Por ejemplo, el famoso Apple Watch incorpora uno muy aparente debajo de la esfera del reloj, con cuatro grandes sensores:
La Microsoft Band (aún no disponible en España, pero muy popular en EEUU) también utiliza el mismo sistema, solo que lo incluye en el cierre de la correa, por la parte interior:
Finalmente, y por poner un ejemplo de un fabricante clásico de dispositivos de fitness entre tanto gigante tecnológico, la banda de Fitbit, modelo Charge HR, también utiliza la misma tecnología:
Este tipo de tecnología nos evita tener que llevar una banda en el pecho u otras técnicas más incómodas e invasivas, y además permite tener monitorizado el corazón durante todo el día de manera transparente para nosotros.
¿Cómo funcionan este tipo de dispositivos?
La técnica utilizada para realizar estas mediciones se denomina fotopletismografía y sirve no solo para medir las pulsaciones cardiacas, sino también para otras aplicaciones médicas como monitorizar la respiración o medir el nivel de profundidad de una anestesia.
En el artículo anterior tienes más detalles técnicos, pero para llevarlo a un nivel fácil de entender, la técnica se basa en un hecho muy simple: la sangre es roja porque refleja la luz roja y absorbe la luz verde. Estos sensores, por lo tanto, lo que hacen es emitir luz verde con unos LEDs (que es claramente visible como puedes observar en las fotos anteriores) y utilizan unos fotodiodos sensibles a la luz para recibir la luz reflejada por tu muñeca.
Cuando el corazón bombea la cantidad de sangre que circula por las venas es mucho mayor que cuando no está bombeando y por lo tanto la luz verde absorbida por ésta es también mucho mayor. El sensor lo que hace es lanzar varios cientos de ráfagas de luz verde por segundo contra tu muñeca, captando al mismo tiempo qué cantidad de esta luz se ha absorbido. Con esto es posible saber con bastante precisión cuántas veces por segundo se está bombeando la sangre, es decir, las pulsaciones por minuto de tu corazón.
Ese es el motivo por el que si la banda o el reloj están muy flojos la lectura no sea precisa.
En esta imagen de Apple (fuente) se puede ver el esquema del sensor, distinguiendo entre los LEDs emisores y los fotodiodos que miden la luz:
Otros factores que pueden mermar la calidad de la lectura es que tengamos una perfusión tisular baja (una medida del volumen de sangre que fluye por los capilares), algo que se puede dar en algunas personas por cuestiones médicas, o en cualquiera debido a causas ambientales (por ejemplo si estamos entrenando a bajas temperaturas).
También funciona mejor en descanso o si estamos haciendo un deporte que no implique movimientos irregulares, o sea, funciona mejor haciendo bicicleta o corriendo que jugando al tenis, por ejemplo.
Aparte de medir la frecuencia cardiaca se utiliza para medir indirectamente las calorías consumidas, la calidad del sueño en cada momento y otros factores de interés para la salud y el bienestar que luego puedes analizar viendo los datos y gráficas recopilados en las correspondientes aplicaciones móviles.
¿Es o no es interesante? :-)
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