Consejos sobre el entorno de trabajo para mejorar tu productividad (III)

En el primer artículo hablamos de cómo influían en tu productividad los factores ambientales de tu oficina, y en el segundo vimos de qué manera afectaban a la misma los aspectos ergonómicos de los accesorios que usabas.

Desgraciadamente, no todo el mundo tiene la capacidad de modificar los parámetros anteriores (no siempre puedes elegir el color de la pared de tu oficina, ni la silla en la que te sientas, por poner un par de ejemplos). Sin embargo, tú y solo tú puedes responsabilizarte del orden que reina en tu mesa. Y de eso vamos a hablar en este artículo, en el que veremos cómo el orden de tu escritorio afecta a tu trabajo diario.

Es evidente que cada uno de nosotros tiene sus preferencias. En los extremos opuestos estarían por un lado la persona minimalista que sobre su mesa solo tiene su ordenador y su móvil, y por el otro, la súper desordenada rodeada de teclados que no funcionan y montañas de papeles acumulados durante años. Como en casi todo, en el medio está la virtud: mantener un cierto orden o un mínimo sistema organizativo en tu mesa te ayudará a contralar tu trabajo diario y a ser una persona más productiva. Veamos cómo.

Cómo organizar tu mesa

Si asimilas tu mesa de trabajo a un panel de control de una máquina, por ejemplo, eso significaría que deberías tener al alcance de la mano todo el material que necesitas para trabajar y retirar todo aquello que no utilices habitualmente y además pueda suponer una distracción.

A continuación se ofrecen algunos consejos sobre cómo liberar espacio en nuestra mesa de trabajo:

• Reduce al mínimo los elementos decorativos: fotos personales, souvenires de viajes, las manualidades que te han hecho tus sobrinos y cualquier otro tipo de “pongos” deben evitarse. Aunque no lo creas, pueden interrumpir tus pensamientos mucho más que tus colegas de trabajo o que las llamadas personales que recibas en horas de trabajo. Si no puedes vivir sin la foto de quien sea, al menos no la coloques en tu campo de visión directo.
• Mantén al alcance de la mano solo lo que necesites en tu día a día: por ejemplo, una libreta, un lápiz/bolígrafo, una botella de agua y el cargador del móvil.
• Guarda el material en su sitio: aquí la clave es “en su sitio”. Pues se trata de que en todo momento sepas dónde está lo que necesitas. No consiste en despejar la mesa y meter todo en el cajón en plan saco sin fondo para luego no encontrar nada. Existen organizadores de cajones para que los clips, rotuladores, tijeras, post-it,…no se pierdan como si de un agujero negro se tratara.
• Oculta aparatos tras el monitor: en ocasiones tenemos algunos aparatos que deben estar encima de la mesa, pero no tienen por qué estar a la vista. Es el caso de discos duros externos, routers, etc. Puedes colocarlos detrás del monitor, o si este está sobre un soporte y tiene hueco bajo el mismo, ese es un buen lugar.
• Recoge los cables: los cables deben ir por el canal que tenga instalada la mesa. Si son muy largos, no los tengas enmarañados, recógelos cuidadosamente y ponles una cinta de velcro, luego oculta lo que sobre tras el monitor.

Cuando acabes tu jornada, devuelve las cosas a su sitio y deja la mesa ordenada para el día siguiente.